Solución Integral Empresarial

Menos horas, ¿más productivos?

Francisco Miranda Hamburger

Director de Portafolio

Elevar los costos laborales para las empresas, sin incentivos para formalizarse ni mejoras en productividad, no resuelve los retos del empleo.

A partir de mañana 15 de julio entra en vigencia la ley 2101 de 2021 que reducirá la jornada laboral para los trabajadores formales en Colombia. De las actuales 48 horas laborales por semana bajará a 47 y, de forma gradual, descenderá hasta 42 en 2026. Esta legislación, impulsada por el partido Centro Democrático durante el gobierno anterior, busca recortar la jornada nacional para equipararla con las de otros países similares y miembros de la Ocde.

Seis horas adicionales para estudio, trabajo o descanso con la familia constituyen sin duda una noticia favorable para los empleados, que no verán afectadas sus condiciones salariales ni modificados de forma alguna sus actuales derechos ni beneficios. Más aún, las horas extras y demás cambios requeridos por la entrada en vigencia de esta ley estarán a cargo de los empleadores. Si bien han sido dos años el período para la adaptación a esta reducida jornada laboral, los choques que tendrán sectores muy sensibles a este cambio como el comercio, los servicios de salud, transporte y logística, y los call centers se terminarán sintiendo.

Por más políticamente incorrecto que sea, es necesario recordar que esta disminución de las horas laborables semanales no es gratuita ya que generará costos que serán asumidos por las empresas formales, grandes, pequeñas, medianas y micro. Estimaciones de Fenalco calculaban que las cuatro horas adicionales al mes podrían trasladarse en un aumento de hasta el 2% de la nómina en 2023, que subirá a 6% en 2026 cuando termine la gradualidad.

Independientemente de lo que se piense de la carga de trabajo hoy en Colombia y de las mejoras en las condiciones del trabajador formal, elevar los costos laborales para los empleadores no parece ser el camino más sostenible para resolver los retos del empleo en la economía nacional. Los altos índices de informalidad (56,7% para el trimestre marzo a mayo de 2023) siguen siendo uno de los desafíos más complejos del mercado laboral. No sobra decir que esto significa que esta ganancia de una jornada más corta no podrá ser disfrutada por la mayoría de trabajadores en el país.

Otro aspecto de la discusión es el de la productividad. Menos horas laborales no son garantía hoy de que los empleados colombianos generen los mismos resultados. También depende del grado de intensidad en tecnología, capital o mano de obra de la actividad económica. De hecho, a pesar de las largas jornadas de trabajo que muchos trabajadores realizan, el nivel de productividad laboral no lo refleja por diversas razones asociadas a la informalidad, la tecnología, el entrenamiento y capacitación. Un reciente informe de la Ocde ubicó a Colombia en el último lugar en términos del aporte al PIB por hora trabajada dentro de sus países miembros.

El debate de cómo ser más productivos bajo la jornada reducida debe darse en torno a estos factores y debe acompañar los próximos intentos del Gobierno Nacional para impulsar una reforma laboral. Cabe reconocer el gran esfuerzo económico y administrativo de las empresas de todos los tamaños en el país para acoplarse al nuevo horario, en especial en momentos en los que, para promover su proyecto de ley de cambios en las normas laborales, el presidente Gustavo Petro ataca al sector privado, calificándolo de ‘esclavista’.

Seguir castigando a los negocios formales, en particular a las medianas, pequeñas y microempresas, con continuadas alzas en los costos laborales por distintas vías no es la salida para abordar los retos del empleo en Colombia. Mucho menos si no se incorporan los incentivos a la formalización y la productividad laboral en la ecuación.

Fuente:https://www.portafolio.co/opinion/editorial/menos-horas-mas-productivos-editorial-585891

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