
El mercado da por sentado que las presiones no impactarán tan rápido el ritmo decreciente.
Luego de que se conociera que el costo de vida en Colombia frenó su ritmo descendente en el cierre del 2024 y para diciembre se ubicó en 5,2%, mismo dato que en noviembre de ese mismo año, los investigadores económicos se han volcado a revisar que vendrá para este indicador en los próximos meses y han dicho que si bien seguirá cayendo, el panorama hacia adelante es muy desafiante para la economía.
Factores como la incertidumbre económica, la crisis fiscal, la inestabilidad geopolítica, los cambios de gobierno en países como Estados Unidos y el recrudecimiento de las diferencias comerciales entre esa nación y China, son algunos de los factores que actualmente generan temor entre los expertos.
A esto hay que sumarle que no se da por descontado un posible encarecimiento del crédito debido a una caída en las notas de riesgo que deriven de no saber si el país va a cumplir la regla fiscal y que el Presupuesto del 2025 sigue sobreestimando los ingresos de la Nación y que no hay un recorte concreto desde el Ministerio de Hacienda, factores que también preocupan a los inversionistas.
Terreno avanzado
En primer lugar, para Jonathan Vargas, líder de Equipo y Mánager Regional de Desarrollo de Negocios de VT Markets, no se puede pasar por alto que la inflación durante el 2024 mostró una importante mejoría, cerrando el año con una variación anual de 5,2%, dato que si se compara con el 9,28% que se obtuvo en diciembre del 2023, debe ser un punto de referencia para no perder el optimismo.
“La estabilización de precios en equipos móviles, con una disminución del 23,4%, y los productos agrícolas como la arracacha y el ñame, que bajaron un 18,5%, han sido cruciales para este indicador. No obstante, el chocolate vio un aumento significativo del 61,6% debido a la escasez de cocoa mundial, lo que resalta cómo las condiciones internacionales afectan la economía local”, argumentó.
Para este experto tampoco hay que pasar por alto que la vivienda y los servicios públicos relacionados con electricidad y gas, lideraron el aumento anual con una subida de 6,9%, reflejando los desafíos en el tema energético y que a pesar de la tendencia positiva, la potencial devaluación del peso y los precios del combustible en 2025, podrían producir nuevas presiones inflacionarias.
“Este panorama económico presenta oportunidades y desafíos para los consumidores. Una comunicación efectiva, además de estrategias de relacionamiento público, serán esenciales para navegar este ecosistema dinámico y asegurar así un éxito continuado en el mercado colombiano”, sentenció Vargas.
Sinsabor económico
Otra visión que se conoció durante esta semana fue la de Laura Katherine Peña, economista del BBVA Research, quien dijo que mientras los colombianos ajustan el bolsillo tras los gastos de diciembre y antes de hacer proyecciones, es necesario revisar con detenimiento lo que pasó en 2024, un año que para ella fue bueno, pero pone sobre la mesa parte de lo que se debe esperar en el corto plazo.
“Las buenas noticias tienen un sinsabor. La inflación cerró el 2024 aún por fuera del rango meta del banco central y en algunas canastas ese distanciamiento del rango es muy significativo, la canasta de regulados y la de servicios son un claro ejemplo, mientras que la de alimentos cierra el año en 3,3%, materializando un aumento esperado por efectos base principalmente”, acotó Peña.
Para la vocera del BBVA Research, hay que reconocer que los esfuerzos para que la inflación vuelva al rango meta no son menores y que el Banco de la República ha sido cauteloso en la bajada de sus tasas de interés de referencia para acompañar ese proceso, por lo que la inflación en Colombia se ha mostrado especialmente rígida.
“Esto especialmente en temas relacionados con la indexación, la devaluación, los arriendos y, por supuesto, los regulados, a pesar del crecimiento modesto de la economía en el 2024. Para 2025, esperamos una disminución adicional de la inflación que la dejará dentro del rango meta. Sin embargo, las incertidumbres no son menores como lo han mostrado otros países del mundo y de la región”, explicó.
¿Qué viene para enero?
De cara a lo que pasará en el corto plazo y cómo arrancará el Índice de Precios al Consumidor su recorrido para el año en curso, desde Investigaciones Bancolombia se la juegan por el optimismo, destacando que no consideran que la incertidumbre le pase factura tán rápido al indicador y que todavía hay tiempo para alistarse.
“Anticipamos que la inflación mensual de enero se ubicará en 0,84%, tal que la anual se reduciría hasta 5,12% (8 puntos básicos por debajo del registro de diciembre). De materializarse este resultado, continuaría la tendencia de desinflación. Nuestra estimación incorpora las presiones al alza observadas en los precios de alimentos, regulados y servicios en diciembre, así como la persistencia moderada que ha mostrado el segmento de bienes”, señalaron.
Para el rubro de bienes, señalaron que luego de desacelerarse durante diciembre, esperan que este sector incremente levemente (0,23% mensual en enero) y que el precio de los vehículos, las cervezas, los artículos en oro y plata, los productos de higiene corporal y los productos farmacéuticos impulsen el resultado, afectados por la depreciación del peso colombiano evidenciada durante la segunda mitad de 2024.
“Para los regulados esperamos una inflación mensual de 1,36% como resultado del aumento en las tarifas de energía eléctrica en línea con el resultado de diciembre, ya que el rubro de electricidad dejó atrás cinco meses de deflación. Además, el reciente aumento en el precio del petróleo mundial también presionaría al alza el resultado de este rubro”, agregaron.
Por último, indicaron que la inflación en alimentos muestra una tendencia al alza por tercer mes consecutivo, con una estimación del 1,08% mensual, impulsada por el aumento en los precios de insumos y perecederos para enero, mientras que en servicios, se prevé una inflación mensual de 0,72%, gracias a una menor presión de indexación en los arriendos. Aunque esto permitirá reducir la inflación anual a 6,72% para este sector, los niveles siguen siendo altos para una normalización más rápida.