
Si bien hay un dato menor que en 2024, nuevamente se cortó la racha de caídas en el costo de vida.
El Dane presentó este viernes -08 de agosto- los datos actualizados del Índice de Precios al Consumidor para el mes de julio, en los cuales se confirmó el temor de los analistas que apuntaban a un crecimiento de este indicador, debido a las presiones persistentes en el costo de vida, principalmente desde el renglón de alimentos.
Según Piedad Urdinola, directora del Dane, la variación anual de la inflación en el séptimo mes del año fue de 4,90%, dato que si bien es menor que el 6,86% que se tenía hace un año, supera el 4,82% que se obtuvo en junio. Así mismo, hay que decir que la variación mensual pasó de 0,20% a 0,28% en el último año; mientras que la año corrido cayó de 4,32% a 4,02%; siendo este el único punto de alivio.
Dentro de los datos presentados por la autoridad estadística, el que tal vez llamó más la atención fue el del componente de alimentos y bebidas no alcohólicas, que fue el principal responsable del repunte mensual, con un incremento de 0,82% y una contribución de 0,15 puntos porcentuales al IPC total. Este grupo rompió la tendencia de alivio que había mostrado en junio, cuando había registrado una caída de -0,08% mensual.
Acá se debe decir que las subclases con mayor incidencia fueron las frutas frescas, con un aumento anual del 45,04% y mensual del 7,00% en ciudades como Neiva; la cebolla (+16,22% mensual), las hortalizas y legumbres frescas (+6,29%), y el tomate (+11,27%). En contraste, productos como la papa (-46,30% anual) continúan en terreno deflacionario, ofreciendo un alivio parcial en la canasta de los hogares.

Presiones repartidas
Por otra parte, el grupo de salud mostró un alza mensual de 0,39% y una variación anual de 5,36%, aportando 0,06 puntos al resultado general. Por su parte, restaurantes y hoteles se encarecieron 0,35% en el mes y 7,59% en el año, convirtiéndose en la división con la mayor inflación anual registrada en julio.
El alojamiento, agua, electricidad y gas subió 0,19% mensual y 4,95% anual, pese a que la electricidad registró una reducción anual del -4,45%, con caídas mensuales marcadas en ciudades como Cartagena (-3,03%). El transporte, con una variación anual de 5,36%, mostró una leve alza mensual del 0,01%.
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El Dane también contó que en julio, las mayores alzas anuales del IPC se registraron en restaurantes y hoteles (7,59%) y educación (7,56%), seguidas de transporte y salud (ambos con 5,36%). También destacaron alojamiento, agua, electricidad y gas (4,95%) y bebidas alcohólicas y tabaco (4,94%); poniendo una vez más sobre la mesa las presiones persistentes en servicios esenciales y de consumo frecuente, que mantienen elevado el costo de vida en varios segmentos de la población.
Entre tanto, las menores inflaciones anuales se observaron en recreación y cultura (2,10%), prendas de vestir y calzado (1,72%) e información y comunicación, que incluso mostró una caída de -1,10%.

Si se tiene en cuenta que en la encuesta mensual de Opinión Financiera del Banco de la República para julio de 2025, las expectativas de inflación mensual entre los analistas se ubicaron en un rango entre 0,05% y 0,37%, con un promedio y mediana de 0,18%, y una moda de 0,19%; el dato observado por el Dane, de 0,28%, se situó por encima de las proyecciones centrales del mercado.
Diferencias por ciudades
Al pasar revista al comportamiento de la inflación en las regiones, hay que decir que Neiva registró la mayor variación mensual del país (0,65%), impulsada por el alza en frutas frescas (+7,00%), cebolla (+16,22%) y tomate (+11,27%); mientras que las menores contribuciones vinieron del transporte urbano (-0,67%) y el gas (-0,61%).
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En el otro extremo, Cartagena tuvo la menor variación mensual (-0,10%), con caídas notorias en electricidad (-3,03%), arracacha, ñame y otros tubérculos (-14,83%) y quesos y productos afines (-2,76%).
En cuanto a la inflación anual, las ciudades con menor costo de vida en julio fueron Santa Marta (1,92%), Valledupar (3,33%), Riohacha (3,59%) y Montería (3,72%), mientras que las más altas se registraron en Pereira (5,98%), Bucaramanga (5,67%) y Valledupar (5,44%).

El Dane también midió la inflación por grupos de ingreso. En el último año, los hogares de ingresos altos enfrentaron una inflación de 5,13%, seguida de la de los hogares de la clase media (4,87%), los hogares pobres (4,73%) y los vulnerables (4,68%), mostrando que los sectores humildes de la sociedad está sintiendo un menor rigor de este flagelo.
Contexto regional e internacional
Aunque la inflación anual de Colombia (4,90%) está por encima del promedio de la zona euro (2,5% aprox.), se ubica por debajo de países como México y Chile, que han registrado cifras cercanas o superiores al 5% en el mismo mes. En comparación con julio de 2023, la inflación colombiana ha caído cerca de dos puntos porcentuales, aunque el freno en la tendencia descendente plantea un reto para mantener el anclaje de expectativas.
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De esta forma, el informe del Dane muestra que, si bien la inflación total sigue en niveles moderados respecto a los picos de 2022 y 2023, persisten presiones desde el lado de alimentos y servicios; dado que el incremento mensual de 0,28% interrumpe la senda de descensos consecutivos y plantea interrogantes sobre el comportamiento en lo que resta del año, especialmente si factores como el clima o el costo de la energía presionan los precios.
Así mismo, quedan respaldadas las alertas del Banco de la República, que en su reciente reunión de tasas manifestó que la lucha contra el costo de vida no está ganada y todavía no se percibe una tendencia decreciente que permita bajar las tasas de interés a un ritmo más acelerado, como quiere el gobierno Petro.