
Las cotizaciones a pensión, en cierta medida, y en algunos casos, pueden ser optimizadas para lograr el mejor resultado posible según las capacidades de pago del afiliado y sus expectativas. Existen varios escenarios en los que se pueden tomar decisiones encaminadas a lograr esa optimización en el caso de quienes están afiliados a Colpensiones.
Flexibilidad en la cotización a pensión.
En primer lugar, se debe precisar que hay casos en que no se puede cotizar menos de lo que la ley dice, porque esta fija un IBC mínimo y, si no se acata, el afiliado puede ser objeto de fiscalización por parte de la UGPP, quien puede imponer multas onerosas, además de pagar intereses moratorios si se detecta omisión de aportes.
Así que ni los trabajadores asalariados ni los trabajadores independientes tienen libertad para elegir pagar menos cotizaciones que aquellas exigidas por la norma sin exponerse a riesgos frente a la UGPP.
A pesar de esa inflexibilidad, hay márgenes para optimizar la pensión dependiendo de las circunstancias particulares de cada afiliado y, aunque no sean aplicables para todos, puede resultar beneficioso conocer esas medidas para identificar cuándo se podrían aplicar.
La mejor forma de subir la pensión.
Sin duda, la fórmula para tener una pensión alta es cotizar sobre un salario alto y cotizar muchas semanas, más de las mínimas, las que le permitan pensionarse con el 80%, lo máximo que permite la ley. Pero, aun en ese evento, es posible cotizar más de lo necesario, puesto que en algunos casos se logra el mismo objetivo pagando menos cotizaciones.
Errores comunes sobre cuándo y cuánto cotizar.
En el proceso de realizar proyecciones pensionales a nuestros clientes, hemos detectado 3 errores comunes que impiden obtener una mejor pensión o que llevan a perder cotizaciones en el sentido de que son cotizaciones que no contribuyen a mejorar la pensión.
Renunciar al trabajo antes de tiempo.
Uno de los errores es tomar la decisión de renunciar al trabajo antes de tiempo, lo que le impide consolidar una tasa de reemplazo adecuada.
Hemos encontrado casos en que el afiliado renunció un mes antes de lo que debía y le faltaron 4 semanas de cotización para obtener el incremento del 1.5% de la tasa de reemplazo. En consecuencia, en lugar de pensionarse con un 66%, se pensionan con un 64.5%, que en salarios altos es una suma considerable.
No renunciar al trabajo cuando debería.
Hemos encontrado casos en que el trabajador, a pesar de haber cumplido la edad de pensión, siguió cotizando bajo la creencia de que entre más semanas cotizara, tendría una mejor pensión. Aunque esa es la regla general, no siempre es así.
Supongamos que una persona tiene un IBL promedio de $5.000.000 en los últimos 10 años cotizados. Hay personas que siguen cotizando cuando su salario es menor a esa suma, y al hacerlo, su IBL promedio disminuye con cada cotización mensual que realizan. Hemos dado con un caso extremo de un afiliado que tenía para pensionarse con un IBL de $15.000.000 y termina pensionándose con un IBL de $12.500.000 por no haber reclamado la pensión al cumplir la edad y eligió seguir trabajando a pesar de que su salario era considerablemente menor.
Por lo anterior, antes de tomar la decisión de renunciar o seguir trabajando, hay que conocer su IBL promedio sobre el que se pensionará. Si su salario puede conservar ese promedio, tiene sentido seguir cotizando, o tal vez sí, en caso de poder incrementar la tasa de reemplazo al cotizar más semanas.
Lo que no debe hacer en ningún caso es seguir cotizando cuando su salario es muy inferior al IBL promedio que ya tiene.
Cotizar sobre salarios altos antes de tiempo.
Para obtener una pensión alta, no es necesario cotizar sobre un salario alto durante toda la vida laboral; es suficiente hacerlo únicamente durante los últimos 10 años, siempre y cuando estemos seguros de que nos pensionaremos con el IBL promedio de los últimos 10 años cotizados. Si ese no es el caso y la pensión se liquida sobre el promedio de toda la vida laboral, entre más se cotice, mejor.
Hay personas que, faltándoles 11 o 12 años, empezaron a cotizar sobre salarios altos, lo que en principio tiene sentido, pero al pensionarse con el promedio de los últimos 10 años, lo que hayan cotizado hacia atrás no contribuye a construir la pensión. De manera que lo ideal es identificar ese punto a partir del cual merece la pena cotizar sobre ingresos más altos.
Hay personas que, con ese propósito, siendo asalariados, cotizaron adicionalmente como independientes sin estar obligados, pero iniciaron la tarea cuando les faltaban más de 10 años para optar por la pensión, y es un dinero que se pierde. Esas cotizaciones adicionales se justifican solo si estamos seguros de que se incorporarán al IBL sobre el que se liquidará la pensión.
En esos casos, es mejor ahorrar ese dinero para luego cotizarlo cuando sea oportuno, y la clave está en saber cuándo es oportuno pagar esas cotizaciones de más.
Dejar de cotizar y esperar a cumplir la edad sin considerar el efecto de la indexación.
Hay personas que siempre cotizaron con el mismo salario y, al completar las semanas mínimas, dejaron de cotizar creyendo que se pensionarían con ese mismo salario.
Por ejemplo, una persona siempre cotizó sobre 10 salarios mínimos. Dejó de trabajar cuando le faltaban 10 años para cumplir la edad, suponiendo que se pensionaría con base en 10 salarios mínimos, y no es así.
Al aplicar la indexación, un salario mínimo del 2015 a hoy, 2025, equivale al 87% del salario mínimo de hoy, de manera que la pensión que obtendrá es muy inferior a la que inicialmente esperaba.
¿Cómo saber qué decisión tomar y cuándo?
Para saber cuándo tomar una u otra decisión, debemos conocer cómo va nuestro IBL promedio, tanto el de toda la vida laboral como el de los últimos 10 años cotizados. Como sabemos que la pensión se liquida sobre el mayor promedio de los dos, tomamos ese como referencia para tomar decisiones.
El IBL promedio es el indexado, por lo que no es útil simplemente promediar los salarios que hemos tenido en los últimos 10 años.
Este cálculo lo puede hacer. Solo debe ingresar los meses cotizados que lleve hasta el momento. La calculadora aplica automáticamente la indexación y le presenta los dos promedios que le permiten en todo momento conocer su IBL actual, incluso si no ha completado las semanas mínimas para pensionarse.
Cuando cambie de año, simplemente reindexa las cotizaciones que haya ingresado a la base de datos y tendrá su simulación actualizada todo el tiempo.