
Prepararse con anticipación para realizar este trámite puede evitarle dolores de cabeza en el futuro.
Terminó la temporada de declaración de renta, una obligación tributaria que deben cumplir de manera anual los contribuyentes.
Este trámite se presenta ante la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian) y tiene como objetivo informar sobre los ingresos, gastos, patrimonio, deudas y retenciones de un determinado año gravable.
Este resultado puede resultar engorroso para algunos, por lo que, como preparación para el año que viene, le presentamos algunas lecciones a tener en cuenta para facilitar el proceso.
Factura electrónica
La factura electrónica y la declaración de renta están mucho más conectadas de lo que parece. Aunque son trámites distintos, comparten un mismo propósito: registrar, controlar y verificar las operaciones económicas reales de personas y empresas.
La primera genera la evidencia; la segunda consolida la información tributaria ante la Dian.
En otras palabras, estos recibos sirven como evidencia de los gastos deducibles, por lo que pueden permitirle bajar lo que se paga en impuestos.
Tenga en cuenta que para poder acceder a esa deducibilidad, las facturas electrónicas deben cumplir con algunos requisitos.
Guardar los certificados
Los certificados, ya sean de retención, de ingresos y retenciones, de aportes, de facturación electrónica o de ingresos laborales, son la columna vertebral de la declaración de renta y de cualquier revisión fiscal posterior.
Guardarlos no es un simple trámite administrativo, es una forma de proteger su historial financiero y evitar sanciones.
Actualice su RUT
Estos son algunos requisitos esenciales a la hora de presentar esta obligación. De manera que, se recomienda hacer las actualizaciones pertinentes, tanto de este documento como de la firma electrónica, para evitar contratiempos.
Además, se recomienda revisar de manera constante el calendario tributario para que este trámite no lo tome por sorpresa.