
The Economist realizó un ranking de las economías con mejor rendimiento, usando los datos vigentes hasta el tercer trimestre de 2025.
Diciembre no es solo el mes de la alegría, la comida y la fiesta, también es la temporada perfecta para hacer balances y calificar el desempeño tanto de las empresas como de los países. Esta vez, The Economist realizó un ranking de las economías con mejor rendimiento, usando los datos vigentes hasta el tercer trimestre de 2025.
Para este ejercicio tomaron los datos de inflación, amplitud de la inflación, crecimiento del PIB, mercado laboral y comportamiento bursátil. Cada país recibió una puntuación según su desempeño en estos indicadores, permitiendo construir un índice consolidado para 2025.
The Economist advirtió que, tras un año marcado por aranceles, guerras y expectativas de recesión, podría pensarse que el panorama económico global estaría mucho más deteriorado. Sin embargo, el PIB mundial terminará creciendo cerca de 3% este año, prácticamente igual al ritmo del año pasado. El desempleo continúa en niveles bajos en la mayoría de países desarrollados y las bolsas han cerrado otro ciclo con resultados positivos. La excepción, y la gran fuente de inquietud, sigue siendo la inflación, que se mantiene por encima del objetivo de 2% fijado por la mayoría de bancos centrales de la Ocde.
En esta edición, The Economist destaca nuevamente a los países del sur de Europa. Tras el triunfo de España el año anterior, Portugal encabeza ahora la lista gracias a una combinación de crecimiento sólido, inflación moderada y un mercado bursátil en expansión. Grecia, ganadora en 2022 y 2023, y España también figuran entre los mejores resultados. Israel mantiene su recuperación tras la convulsión de 2023, e Irlanda se quedó a un paso del primer lugar. Entre las economías emergentes evaluadas, Colombia sobresale por su dinamismo y el buen momento de su bolsa.
De hecho, aparece en el cuarto lugar global, empatada con España, gracias a un balance favorable entre crecimiento y dinamismo de sus mercados. En el último año, el país registró un crecimiento del PIB de 3,4%, uno de los más altos del ranking y sus precios de las acciones aumentaron 43,8%, mostrando un fuerte optimismo de los inversionistas. Aunque aún enfrenta una inflación elevada, estos indicadores la consolidan como una de las economías más dinámicas del grupo.
En el otro extremo del ranking se encuentran principalmente economías del norte europeo. Estonia, Finlandia y Eslovaquia ocupan los últimos lugares, mientras que Alemania muestra una leve mejoría, aunque sigue rezagada por la debilidad de su mercado laboral. El desempeño del Reino Unido también ha sido discreto, mientras que Francia sorprende con una buena puntuación pese a la inestabilidad política. Estados Unidos aparece en la mitad de la tabla, afectado por una inflación aún elevada que compensa su fortaleza laboral.
El primer criterio del ranking es la inflación subyacente, que excluye alimentos y energía, y se evalúa qué tan cerca está cada país del objetivo de 2%. Turquía ocupa el peor lugar con una inflación disparada por las políticas económicas del presidente Recep Tayyip Erdogan. Estonia aparece a continuación, con una inflación subyacente cercana a 7%. El Reino Unido ha logrado reducir su inflación subyacente frente al año pasado, aunque 4% sigue siendo demasiado alto para el Banco de Inglaterra.
En algunos países ocurre lo contrario, por ejemplo, Suecia prácticamente no registra aumentos de precios subyacentes, una situación que, aunque pueda sonar atractiva para los consumidores, despierta temores de deflación entre los economistas. Finlandia, Suiza y Japón también presentan cifras débiles, aunque Japón sigue lejos del sobrecalentamiento observado en otras naciones.
La amplitud de la inflación, cuántos productos del índice suben más de 2%, confirma estas tendencias. En países como Estados Unidos, la proporción de bienes con incrementos superiores a 2% ha escalado, posiblemente debido a políticas fiscales expansivas. En Australia, más de 85% de la canasta registra aumentos por encima de ese umbral.
Si se analizan crecimiento y empleo, dos indicadores clave para los votantes, Portugal vuelve a sobresalir. El país ha atraído un creciente flujo de turistas y residentes extranjeros adinerados, impulsando su actividad económica muy por encima del promedio europeo. La República Checa también muestra un avance notable en producción y creación de empleo. Corea del Sur, en cambio, ha perdido puestos de trabajo, y Noruega ha sufrido ante la desaceleración del comercio internacional debido a su exposición a materias primas y transporte marítimo.
El caso de Irlanda es llamativo, pues su PIB creció más de 12% interanual en el tercer trimestre, una cifra tan impresionante como engañosa, debido al impacto estadístico de las multinacionales. Por ese motivo, se utiliza una métrica alternativa —la “demanda interna total modificada”— elaborada por la oficina de estadística irlandesa, que ofrece un panorama más realista. El ranking adopta esta misma metodología.
El análisis se completa con la evolución de los mercados bursátiles. Aunque podría suponerse que Wall Street lideraría las ganancias, las acciones estadounidenses han tenido un desempeño solo correcto, reflejo del impulso acumulado de años previos. Francia tampoco destaca, con su gigante Lvmh registrando un año plano. Dinamarca, por su parte, ha sido la gran perdedora tras el desplome de 60% en las acciones de Novo Nordisk, que cedió terreno en el competitivo mercado de medicamentos para adelgazar.