
La Superintendencia Financiera y la DIAN han insistido en los últimos 12 meses en la importancia de la gestión preventiva del endeudamiento. Un empresario que no mide su capacidad puede incumplir compromisos laborales (MinTrabajo), tributarios (DIAN) o contractuales, y quedar expuesto a la UGPP si no paga aportes de seguridad social por priorizar cuotas de crédito. Este es un riesgo que no distingue entre pequeñas tiendas, startups tecnológicas o grandes compañías.
Hace poco trabajé con Julián, un comerciante de Pereira. Tenía tres créditos vigentes: uno hipotecario, un leasing de vehículo y una tarjeta empresarial. Cuando un banco le ofreció una nueva línea para importación, aceptó sin calcular. A los seis meses no podía pagar la nómina completa y quedó en mora con la UGPP. Esa deuda terminó costándole más que la utilidad del negocio. En cambio, en otro caso, Marcela, una diseñadora independiente en Bogotá, calculó que su capacidad de endeudamiento no podía superar el 30 % de sus ingresos mensuales. Ajustó su portafolio de clientes, consolidó deudas y pudo crecer de manera sostenible.
La normativa contable colombiana, en línea con NIIF para pymes, señala la necesidad de evaluar riesgos financieros y revelarlos en estados financieros. La NIIF 7 exige la revelación de exposición al riesgo de crédito y liquidez. Y en el contexto local, la Circular Básica Contable y Financiera de la Supersociedades insiste en la importancia de los indicadores de solvencia y endeudamiento.
El cálculo práctico suele ser sencillo: tomar el total de cuotas mensuales de créditos (capital más intereses) y dividirlo por los ingresos netos. Si el resultado supera el 30 % o 35 %, es un signo de alerta. En Colombia, los bancos evalúan con modelos internos, pero la recomendación técnica y normativa coincide con este rango. A nivel internacional, encontramos similitudes: en Estados Unidos, la Consumer Financial Protection Bureau establece que el “Debt-to-Income Ratio” no debe superar el 36 %. En España, la Asociación Española de Banca recomienda el 35 %. En Chile, la CMF también adopta estándares similares. Esto demuestra que la práctica colombiana está alineada con tendencias globales.
La diferencia está en la cultura empresarial. En Colombia, muchos empresarios ven el endeudamiento como un salvavidas en lugar de una estrategia. He acompañado empresas familiares en Manizales, Medellín y Cali que tomaban deudas sin saber cómo se reflejarían en la exógena de la DIAN. Al final, el problema no era solo financiero, sino tributario: sanciones por omisión o inexactitud.
Un caso que suelo contar en conferencias es el de Rodrigo, dueño de una empresa de transporte en el Eje Cafetero. Se endeudó para renovar su flota, pero no tuvo en cuenta que los pagos de leasing coincidían con las fechas de vencimiento de retención en la fuente. El resultado: intereses moratorios con la DIAN. Con nuestro acompañamiento en Mi Contabilidad, reestructuramos su deuda y logramos que cumpliera con la UGPP y el fisco sin cerrar la empresa.
La capacidad de endeudamiento también debe analizarse en escenarios laborales. Si un empleador destina demasiado flujo de caja a deudas, pone en riesgo el pago de nómina, prestaciones sociales e incluso licencias de maternidad o incapacidades. El Código Sustantivo del Trabajo y las obligaciones que vigila el MinTrabajo no se detienen porque el empresario tenga deudas.
En Mi Contabilidad hemos diseñado un acompañamiento por fases: primero hacemos un diagnóstico preventivo con herramientas tecnológicas, gracias al apoyo de Julio César Moreno Duque en automatización y transformación digital. Luego definimos la estrategia de ajuste: consolidación de deudas, negociación con bancos, planeación de flujo de caja. Finalmente, implementamos un sistema de control que cruza lo contable, lo tributario y lo laboral. Así, el empresario duerme tranquilo porque sabe que está cumpliendo.
Recientemente, un cliente en Medellín nos confesó: “Lo mejor de trabajar con ustedes no fue que reorganizaron mis deudas, sino que ahora sé exactamente hasta dónde puedo crecer sin poner en riesgo a mis empleados”. Esa es la verdadera contabilidad estratégica: convertir los números en decisiones sostenibles.
La contabilidad no es solo números, es la base para decisiones sólidas y sostenibles. Y en tiempos de tasas de interés variables, inflación y volatilidad internacional, la planeación del endeudamiento se vuelve un pilar de supervivencia empresarial.
Construyendo un mundo nuevo; trabajando inteligente para el ingreso de nuestros clientes a la nueva era contable y tributaria.
Fuente:https://micontabilidadcom.blogspot.com/2025/09/capacidad-de-endeudamiento-evita.html