
Durante las últimas semanas, una de las sorpresas del mercado de divisas ha sido la fortaleza mostrada por el peso colombiano, que pese a la turbulencia económica mundial mantiene una estabilidad notable y también ha hecho frente al complejo panorama que enfrenta el país por el lento crecimiento y los riesgos fiscales.
De acuerdo con el análisis de Quasar Elizundia, estratega de investigación de mercados en Pepperstone, la moneda se encamina a cerrar con ganancias por segunda semana consecutiva (+0,6%), a pesar de un fuerte deterioro en el Índice de Confianza del Consumidor (ICC), que cayó 10,9 puntos en febrero, ubicándose en -12%.
Para Elizundia, este desplome refleja un creciente pesimismo en los hogares colombianos, con una menor disposición al gasto, especialmente en bienes duraderos, además del panorama mixto que han mostrado los recientes datos económicos como el de la inflación o el desempleo, en los que quedó claro que todavía hay mucho por hacer.
“Mientras que la producción industrial cayó un 0,1% en enero en términos mensuales y un 1,7% en la comparación anual, el comercio minorista mostró un sólido desempeño con un crecimiento del 10,2% en el mes y del 12,8% si se excluyen los combustibles. Sin embargo, la variación anual de este sector fue de apenas 3,2%, lo que limita las expectativas optimistas sobre el consumo interno”, explicó.
Adicionalmente, señala que sectores clave como la minería, explotación de canteras y tratamiento de agua han registrado caídas importantes, lo que contribuye a la incertidumbre económica que, por fortuna, aún no se siente en el peso local.
¿Qué pasa con el peso?
En medio de su análisis, desde Pepperstone indicaron que en el contexto externo, el peso colombiano se encuentra atrapado entre dos fuerzas opuestas. Por un lado, la desaceleración de la inflación en Estados Unidos y la normalización del mercado laboral han elevado las expectativas de que la Reserva Federal adopte una postura más flexible, lo que podría fortalecer la demanda de activos colombianos y beneficiar a la moneda local.
Sin embargo, advierte que un repunte en las tensiones comerciales globales podría reducir el apetito por el riesgo y generar presiones a futuro, por lo cual recomienda no cantar victoria y mantener un seguimiento detenido.
Así las cosas, la próxima semana será clave para la divisa, ya que se publicarán indicadores económicos fundamentales como la balanza comercial y el Índice de Seguimiento a la Economía (ISE).
“Si estos datos resultan positivos, podrían ofrecer un soporte adicional al peso, afianzando su resiliencia frente a la volatilidad global. En contraste, si los resultados muestran debilidad, podrían aumentar la incertidumbre en los mercados y ejercer presión sobre la moneda local”, señaló.
Por otra parte, manifestó que a pesar de los desafíos económicos y la incertidumbre global, el peso colombiano ha mostrado una destacada capacidad de adaptación y su evolución en los próximos días dependerá de la interacción entre los datos macroeconómicos locales y las tendencias internacionales.
“Los inversionistas estarán atentos a cualquier señal que pueda marcar el rumbo de la moneda en el corto plazo, ya que un cambio en las condiciones del mercado podría generar movimientos inesperados en la cotización del peso”, acotó.
En todo esto también hay que decir que esta semana el dólar se ha fortalecido a nivel global en un contexto de menor apetito por riesgo de los inversionistas, debido a la expectativa de menores recortes de la Fed en 2025.
Así mismo, la incertidumbre local, las preocupaciones en materia fiscal, la baja inversión fija, el agotamiento del carry trade como resultado del cierre en el diferencial de tasas, incidirán en la volatilidad de la tasa de cambio en los próximos meses, por lo que es necesario moverse en terreno seguro y evitar especulaciones.