
Expertos se refirieron a algunos de los impactos que podría tener esta propuesta que promueve el Gobierno Nacional.
El Gobierno Nacional, en cabeza del Ministerio de Hacienda, radicó la ley de financiamiento con la mira puesta en recaudar $26,3 billones y tapar el hueco que actualmente existe en las cuentas públicas.
Si bien la propuesta está orientada en garantizar los recursos estimados del Presupuesto General de la Nación (PGN) del 2026 y proteger la inversión social, la estructura de la misma ha despertado varias críticas por los efectos que su implementación podría tener en la economía del ciudadano de a pie.
En ese sentido, algunos expertos han hecho énfasis en que esta reforma tributaria redefinirá cómo gastan, ahorran y disfrutan los colombianos. Pero, ¿de qué manera exactamente?
Combustibles y entretenimiento
Lina Gómez, gerente de impuestos y servicios legales de la firma internacional Crowe Co, explicó que parte de ese impacto se vería reflejado en el costo de los combustibles por cuenta de los ajustes que plantea el proyecto en el IVA en la tarifa del ingreso al productor.
«Hoy un galón de gasolina cuesta en promedio $15.800, pero con el IVA del 10% en 2026 y del 19% en 2027 —como plantea la Ley de Financiamiento— subiría a $18.800. En el caso del diésel (ACPM), el precio pasaría de $10.500 a más de $12.500 desde 2028, ello sin contar con el alza del precio anual», destacó Gómez.
La experta destacó que estos incrementos se traducirían en la vida diaria a la hora de llenar el tanque del carro, en el pasaje del bus o al pedir un domicilio en moto. A eso se le suma que con el impuesto al carbono, la carga por galón casi se duplicaría, lo que también empujaría hacia arriba el precio de los tiquetes aéreos en 3% a 5%.
El ‘golpe’ de este aumento también podría verse en el costo de los alimentos. Esto considerando que gran parte la flota de vehículos que se encarga de trasportarlos emplea ACPM.
Además, de acuerdo con el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), Bruce Mac Master, este tributo no solo tendría un efecto en la canasta familiar, sino también en el transporte de mercancía y en los costos logísticos.
«Vamos a tener un solo impuesto que va a afectar toda la canasta familiar, va a afectar también a los pequeños negocios, va a afectar a las pequeñas empresas que van a necesitar transportar su gente y sus productos y no lo van a lograr hacer. Pero también va a afectar a los productores que logran exportar o que intentan exportar nuestros productos al quitarle competitividad y al generarle mayores costos logísticos», mencionó.
Ahora bien, el ocio y el entretenimiento no están exentos. El IVA actual del 5% a aguardiente, ron, whisky, brandy, vodka y sus concentrados, mistelas y cremas y otras bebidas pasaría a ser del 19%, y los juegos de suerte y azar, con excepción de las loterías, también tendrían un IVA del mismo valor.
Por esa misma línea, la reforma tributaria propone incrementar al 19% la tarifa del impuesto al consumo para algunos servicios de entretenimiento, como las entradas de eventos de esparcimiento, culturales y deportivos que superen los $500.000.
Según Gómez, de aprobarse la propuesta, se proyecta que los precios de servicio de las plataformas de ‘streaming’ también se ajustarían. «Netflix estándar subiría de $32.900 a casi $34.000 y Spotify Premium de $18.000 a $19.000. En apuestas y videojuegos en línea, una recarga de $100.000 dejaría disponibles apenas $84.000, porque $16.000 se irían en impuestos», resaltó.
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Hipotecas, deudas y otros
La experta mencionó que en esa lista de sectores impactados no termina ahí.
Por ejemplo, el proyecto también pone la lupa sobre quienes ganan más, tienen patrimonio o manejan créditos. De manera que, la tarifa progresiva de renta subiría hasta el 41%. Es decir, alguien que gana $18 millones al mes, bajo un escenario plano, recibiría $100.000 menos.
Por otro lado, la iniciativa tributaria plantea que el nuevo impuesto al patrimonio arrancaría desde los $2.000 millones. Así, «una familia con bienes por $3.000 millones tendría que pagar $5 millones anuales, lo mismo que cuesta un plan completo de medicina prepagada en 12 meses».
En cuanto a los bolsillos de quienes tienen deudas, Gómez mencionó que, como los bancos y aseguradoras pagarán más impuestos, parte del costo se trasladaría a los usuarios. En ese sentido, una hipoteca de $200 millones podría subir entre $95.000 y $143.000 al mes, y un crédito de consumo de $10 millones sería entre $6.700 y $12.600 más caro.
Por esa misma línea, la senadora Angélica Lozano se refirió a los efectos que el proyecto de ley tendría en la clase media, incluyendo la venta de inmuebles. De acuerdo con la congresista, salvó la Vivienda de Interés Social (VIS) que cuesta 150 salarios mínimos, las transacciones de la compra-venta de propiedades se incrementarían.
«Castiga gravemente a quienes con tanto esfuerzo agrupan, acumulan allí un capital, una casita para tener un arriendo», resaltó Lozano, quien también hizo énfasis en que este proyecto de ley «clava de frente y duro a la clase media y a quienes con tanto esfuerzo han logrado acumular alguito, casi siempre a través de un inmueble o de un negocio».
No todo son cargas
No obstante, Gómez también destacó que no todo lo propuesto se traduce en cargas tributarias.
«La Ley de Financiamiento trae un alivio: la devolución automática de saldos a favor en un máximo de 90 días. Para muchos empleados con retenciones altas. Esto significaría un respiro de alrededor de $1 millón en promedio, algo así como recibir una quincena extra por adelantado», explicó.
A eso se le suma que parte de lo recaudado tendrá destinación específica. Por ejemplo, y según señala la experta, el 45% del impuesto al carbono irá al Fondo para la Vida y la Biodiversidad (unos $450.000 millones al año) y entre $2 y $3 billones adicionales se dirigirán al sistema de salud, lo que representa un aumento cercano al 3% del gasto por habitante.
¿Qué dice el Gobierno?
En el marco de los reparos que viene recibiendo la reforma tributaria, el Ministerio de Hacienda hizo algunas aclaraciones respecto al articulado que se discutirá en el Congreso.
De acuerdo con la cartera de Hacienda, el proyecto de ley no gravaría con IVA ni con otro tributo a la canasta familiar. «La ley está dirigida a consumos de lujo o no esenciales, por lo que la reforma no toca la dieta de las familias colombianas», indicó.
La entidad, además, resaltó que no se gravarían las cuotas de administración ni servicios prestados por propiedades horizontales residenciales. En ese sentido, «se aclara que el IVA solo se seguirá pagando por servicios de propiedades horizontales no residenciales o mixtas».
De igual forma, el Minhacienda explicó que no se grava con nuevo IVA a los combustibles (alcohol carburante, biodiesel, ACPM y gasolina) sino se retiran los beneficios tributarios que tenían, los cuales generan lo que se conoce como gasto tributario. También que no se está afectando el patrimonio de una familia promedio colombiana, ya que solamente se gravarían patrimonios superiores a 1.900 millones de pesos, excluyendo incluso la vivienda para uso habitacional.